Masaje Ayurvédico

La palabra ayurveda surge de "ayur" (vida, longevidad) y "veda" (ciencia, conicimiento, sabiduría). Es "la ciencia de la vida" descrita en varios miles de textos en sánscrito, antigua lengua de la India. Hace miles de años, la ciencia védica afirmaba que todo lo que existe en el macrocosmo del universo exterior, también se manifiesta en el cosmos interior de nuestro cuerpo, que es un microcosmos.
Ayurveda es la ciencia "médica" más antigua descrita y se considera la madre de todas las demás, que luego evolucionaron de su manera, como la medicina tibetana o la medicina china y también nuestra medicina occidental, con personajes como Hipócrates y Paracelso.
 
Desde la visión ayurvédica, cuando una persona enferma gravemente, no es "por la edad", ni por unos microbios, como las bacterias o los virus. La edad produce un lógico desgaste, pero tendríamos que llegar a los 100 años con más arrugas, menos actividad exterior, mucha más interiorización y comprensión, y morir suavemente, casi por decisión propia, como lo hacían en las culturas antiguas más conectadas con la naturaleza. 
Bacterias y virus viven en nuestro cuerpo y entorno, pero sólo cuando se afecta el equilibrio y la armonía de esta "convivéncia", se altera la salud. La causa de las pequeñas y grandes enfermedades son las toxinas interiores y exteriores que se acumulan en el organismo y que bloquean nuestros sistemas vitales.
 
En Ayurveda se habla del masaje como un arte científico del contacto en la superficie del cuerpo con sistemas de manipulación de los músculos, tendones, articulaciones y huesos, así como la estimulación o regulación de puntos vitales, que se llaman  marmas, para dar bienestar, relajación, salud física y mental. 
Cada  terapeuta desarolla su "arte" en según que tipo de masaje. Yo practico el abhyanga, que ayuda regenerar el cuerpo, moviendo todo lo que está estancado en los tejidos, linfa, digestivo, regulando el sistema inmune y a nivel psíquico, relajando la mente y complaciendo a los sentidos. El abhyanga se basa en la fricción y no en  la presión, por lo que no puede causar ningún mal. La fricción crea calor, que proporciona confianza al cuerpo, y un campo electromagnético, que disvuelve el bloqueo. 
 
Utilizo aceites vegetales 100% puros y biológicos como el sésamo, el coco o el de la almendra dulce. También se pueden mezclar con aceites esenciales, empleando la aromaterapia, y reforzando el efecto terapéutico del masaje, según las necesidades de la persona a tratar.